Ayer temblaba la tierra
Ayer temblaba la tierra,
cuando leí tu poema…
El desierto se hizo nube,
tus versos eran un rayo,
que cruzaba el horizonte.
Era la fuerza brutal
que te nace en un instante.
Era mi yo trascendente
que adivinaba tu mano
haciendo correr tus versos,
construyendo los arpegios,
que diluyen, borran, rompen
un desabrido pasado,
que nunca tuvo presente,
que hoy es sombra de un mal sueño,
que se aleja lentamente.
Ya sé que soy adivino,
ese es mi yo trascendente,
sensible, desordenado,
a veces inaguantable,
que me sigue, que me acosa,
que no me deja un instante,
que adivina lo que piensas…
…siempre sabe lo que quieres...
Sembrados tengo tus versos
en el fondo de mi alma...
Son fuego que purifica,
que reviven y dan fuerza
a mis torpes balbuceos
convertidos en palabras,
donde intento, aunque no pueda,
transmitir mis sentimientos,
llegarte a lo más profundo,
donde se buscan las ansias,
donde se encuentran los sueños…
donde se encuentran las manos
que bordarán nuestros versos…
- azpeitia - desde Zuhaitz-Ondoan 30 de Mayo de 2010
A UNA MUJER ANÓNIMA…
Detrás de tu ventana
abierta de par en par,
te invade un atormentado
mar de sensaciones.
Sueños, anclados
en realidades
sin aire,
asfixiados.
Te quedas
en caminos
sin retorno,
en labios
sincopados,
que besan
vértices obscenos,
muslos perturbados,
que no hablan…
que están callados…
que hurgan el vacío…
sin respuesta.
Más allá,
la nada que condena.
Hastío de lo fácil.
Prosaicos senderos
que queman la cultura
de bolsillo…
vacía en referencias.
Detrás de tu ventana,
el mar no estaba hoy
en su sitio…
estaba harto…
Me dicen
que ha subido
¡¡Si!! …a peinarse
las olas,
mirándose
en el espejo
….del cielo.
Escrito por -azpeitia- el 30 de Mayo de 2010
AL ATARDECER…
Ayer al atardecer, siempre en el ocaso,
como se manifiesta torpemente la vida,
apretabas mis manos con fuerza
hasta el dolor profundo,
como si tuvieras miedo
de que la vida fuera a perderse sin remedio,
en la bruma somnolienta de la noche,
en los vericuetos de las calles vacías
sin alma, de luces frías que lloran
la pesada lluvia de miles de inviernos.
Hoy sumergida en todo,
sumergida en la nada del silencio,
callas ausente, añoranzas, recuerdos...
Dibujas con tus ojos vacíos,
caminos sin destino
perdidos en la puerta
que nunca se abrió.
Ahora estaba pensando en ti,
callado, absorto
y en un fútil gesto
atravesado de otoños
de hojas y viento,
dos lágrimas
han apagado mi ser.
Sentimiento voraz
de lo que nunca ocurrió,
que se desborda frecuente,
verde de añoranzas…
fuerte como la esperanza.
Jamás volveré
a la torpe experiencia
de un ayer sin calles
sin salidas.
Solo tu y yo sabremos
de lo que es eterno
en tu sonrisa, en tu verbo,
de lo que nunca el tiempo cambiará.
Seguiremos juntos, con nuestra sombra
de veranos de sol caliente.
Dejaremos que los sueños,
se pierdan inexorablemente…
en la nada de lo que tiene cuerpo…
para convertirse en la felicidad
de lo que es la realidad…
de cada día…
escrito por -azpeitia- el 30 de mayo de 2010