ONOMÁSTICA EN DO MENOR....

La gente cumple años, meses, días, horas, minutos y segundos. Metas efímeras inalcanzables que huyen de nosotros con el pausado tic, tac de nuestro reloj biológico. ¿Volveremos el año que viene los mismos que estamos hoy?....Eso no lo sabe nadie, aunque en nuestra soberbia lo damos por hecho…Celebremos pues este cumpleaños o cualquiera otro con la alegría de estar vivos para disfrutarlo.

Poema recitado por -azpeitia- ....Oye y lee al mismo tiempo...

ONOMÁSTICA EN DO MENOR…

Nada puede desatar
el nudo que tengo dentro,
es la inquietud de un anhelo,
es algo que se ha quedado
sin resolver a su tiempo.

Cuatro días son de octubre.
Hubiera querido estar,
muy cerca de tu momento.
Onomástica sencilla
como las celebra el pueblo.

Todos te podrán besar,
porque naciste ese día,
todos, menos el que escribe
este romance de vida,
de un poeta equivocado
que no comprendió el mensaje,
que tus silencios decían.

Fueron silencios precisos,
medidos, sin compromiso.
Silencios en las palabras,
silencios en tus escritos,
palabras apocopadas,
escritos sin decir nada.
Agua que manaba alegre
sin yo poderla beber.

Ya sé que hoy estoy muy lejos
para poderte besar,
para cogerte las manos
en un gesto de amistad.

Que pena estar condenado
con un castigo tan cruel
sabiendo que tú me quieres
en lo más hondo del ser,
sabiendo que yo no vivo
porque te dejes querer.

Los caminos que me llevan
Al lugar donde tú estás,
se han trazado de tal forma
que no te puedo alcanzar.

Todo resulta muy injusto,
suplicio de soledades,
engarzadas una a una
en la noche que me invade.

Los versos que yo te escribo,
solo los entenderás
el día que estés muy sola
en una tarde invernal,
que le lloren los cristales
y no puedas ver el mar.

Ya sé que no puedo darte
lo que tú me puedes dar.
Que te exiges imposibles,
que puedan justificar,
incertidumbres, ensueños
que no se realizarán.

Soy tan pobre que no tengo
ni la limosna de un gesto.
Solo tengo la tristeza
adornada de amargura.

La ingratitud no es un premio,
tu incertidumbre locura.

Ya sé que todo se acaba,
cuando termina la vida,
tú cortaste las amarras
sin preguntar…. decidida.
Los nudos que nos unieron
nos dejan a la deriva.

Ya no me queda esperanza,
ni la ilusión de otro día.
Un decreto triste y frío
promulgaste sin papeles,
lleno de amables palabras,
de alabanzas, parabienes,
palabras que nunca usaste,
llovían como un torrente.

El mejor, el más genial,
no hay nadie que te supere.

Eran hermosas palabras,
envueltas en cobardía
de pragmáticas razones
vaticinando futuros
de felicidad completa.
Lo firmaste hace algún tiempo,
aunque no he visto la letra.

Hoy solo pienso en mañana,
terminar esta mentira.
Que el sufrimiento se acabe,
hundirme con esta nave
que me ha llevado en la vida.

Tendré que escoger un mar,
mar fuerte de marejadas,
mar que empuje y que la estrelle
deshaciendo sus costillas.

Que sea un bello naufragio,
que no quede ni una astilla,
que nadie se acuerde de ella.

No voy a pedirte nada
que no puedas concederme,
solo el último deseo
que se concede a cualquiera.
Que cuando mires el mar
sepas que en el fondo duerme
aquel barco de ilusiones
que no aprendió a navegar…..

-azpeitia-
Escrito en El Café de Gijón de Madrid el día 26 de Septiembre de 2009