Camino Inca de los Andes Peruanos, asociado a esta historia peculiar y entrañable de la Tortilla de Patatas española…
Hace muy pocos días, en una reunión de poetas en una ciudad española, una excelsa poeta de cuyo nombre no pienso acordarme porque sería arrojado a los leones de forma inmediata, quiso poner a prueba mi capacidad para escribir poesía de cualquier tema, cuando nos encontrábamos frente a frente de una suculenta tortilla de patatas que ella misma había elaborado y que nos sirvió amablemente como aperitivo…Y ese fue el desafío. Describir poéticamente la Tortilla de Patatas Española. Lo que acepté sin pestañear y hoy firmo y rubrico en este acto, en presencia de todos los que leéis con tanta paciencia mis pequeñas aventuras y desventuras a través de la condición humana …. -azpeitia-
ODA PROSAICO POÉTICA A LA TORTILLA DE PATATAS ESPAÑOLA
El Inca del Perú nos dio el secreto,
su fruto lo cedió la “Pacha Mama”.
No hay diosa más hermosa que una madre,
que cuida y alimenta a su camada.
El “quechua” nos legó su nombre “papa”,
después en castellano fue patata.
La vieja Andalucía ha conservado,
el término de “papa”, sin cambiarlo.
Kartoffel, Pomme de terre… algo entrañable.
Cruzó los mares, lo hizo sin miedo,
humilde, muy callada, sin quejarse…
Llenó los vientres, mató las hambres
de una España doliente, famélica, agotada,
pendiente de cosechas caprichosas,
cereales de grano imprevisible.
Montezuma y Cortés, comieron Tortas,
Tortillas de maíz, perrillos tiernos.
Tenochtitlan grandioso, alegre,
dormía sus ensueños.
Los huevos, ya intuían su futuro.
Tortillas anunciaban el encuentro.
Tres siglos tardó Hispania en descubrirla.
Fue en la guerra Carlista, allá en Navarra.
Una recia ventera hizo el milagro.
Unos huevos, patatas, bien revueltos,
un sabroso manjar, bien aceitado
con el zumo de oliva. ¡Que buen plato!
Zumalacárregui lloró… fue de alegría.
Con un duro de plata, pagó el apaño.
Sus tropas la comieron… corrió el hallazgo.
El hambre se acabó, “tocan fagina”.
Tortilla de patatas… española.
Como el duende gitano de la copla,
no le arredra su aspecto tan sencillo.
Tortilla de patatas… española.
Nos haces suspirar con tu olorcillo.
No hay nadie que resista hincarte el diente.
Que buena, que sabrosa con buen vino,
un poquito de pan, la “bota” a mano.
Que bueno este manjar cuando “hace hambre”.
No lo quiero ni pensar… Si no existieras,
España no sería lo que es hoy…
… tan española.
Escrito en Jaén por –azpeitia- en Marzo de 2010