Homenaje a los miles de millones
de hombres y mujeres que han muerto en la
Guerra a través de la historia de la
Humanidad
y que seguirán muriendo sin haber
entendido la causa.
¡LA
GUERRA!...
Desde el
silencio…
muy
callada,
aunque la
gente
no
entienda su destino,
se
declaró la guerra.
Fue una
vez más
aquella
tarde.
Sin
llamar a la puerta,
…a traición,
envuelta
en salmos
de
cohetes, cañones,
metralletas.
De rojos
gritos,
de
gargantas rotas…
de rezos
a los muertos.
Llena de
cuerpos blandos,
incorruptos,
voraces,
desmembrados…
Calientes
de sangre
aún en
las venas.
De extraviadas
voces,
llenas
las manos secas,
del polvo
de la tierra,
los ojos,
de sorpresa.
Preguntaban… llorando
por los brazos,
las
piernas, los rostros
de otros
seres…
que
quedaron sin gesto
en mueca
horrible,
sobre
sábanas blancas
mancilladas
por la
húmeda sangre…
triste
savia.
Rojas
banderas
de
claveles pardos,
ondean
sin mástil
en brazos
de sus madres.
Mañana… ¡Sí!… Mañana,
en un
gesto ancestral,
de siglos
de cultura,
romperé
mis arterias,
para
sembrar la tierra.
Odiaré a
mi enemigo,
me
volveré una bestia.
Seré
generoso,
Solo… un
instante,
quizás un
siglo.
Ya somos
muchos.
Lo dicen
los de arriba…
Alguien
ha de morir,
No hay más
remedio…
Perdurarán
los mismos,
los
fuertes… escondidos,
los ricos
en sus bunkers,
…lejos del frente…
los
escogidos.
¡Victorias
de vencidos!
Estaba
escrito.
Lo dije
yo…
Políticos
malditos…
Mañana no
habrá paz,
no la
habrá nunca,
…la paz no existe,
la vida
es… ¡Guerra!
El cuerpo….
rebosante
de salud
usa esa treta.
Mal necesario,
le llaman los cobardes,
mal
necesario….
Mañana…
no habrá
paz
en esta
tierra…
Escrito por - Azpeitia –
desde Zuhaitz-Ondoan
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