LA PLAYA LLORA…
La playa llora su
humedad de blanca espuma.
Amable, pellizco
feliz a la lánguida tarde
que pudorosa, se
sonroja.
Este atardecer, no
tiene miedo al azul ni al ocre,
es su último
suspiro que anhelante
desviste a la luz
de su ropaje.
Sobre la arena, se
hace silueta y sombra
la escultura de tu
cuerpo.
Perdido en la
penumbra del deseo,
se funde con el
mío sin ambages,
en ese viaje
brutal que no entendemos.
El aire envuelto
por la bruma, viene de lejos,
es un torbellino
de sueños que no esperan.
Atrás quedan
recuerdos, historias del pasado
cubiertas por las
hojas del otoño intransigente,
mientras siembro
tu tierra con mi torpe arado.
Escrito por
Azpeitia José Antonio
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