ARCHIVOLTAS….
Los hombres y mujeres
de este tiempo,
no van a ningún sitio,
no progresan,
no asumen donde van
cada mañana
en torpe conducción de
cuatro ruedas.
Con cara impersonal
que se repite,
el tráfico mortal de
las aceras,
no deja distinguir cuál
es su gracia,
es un cliché brutal, recalcitrante.
Opaco es el icono de
una raza
que pronto acabará
con lo que existe
y asume con pereza su
destino,
dejando que gobiernen
archivoltas
pobladas de profetas
y de santos
en góticas iglesias de
lo oscuro.
Incienso el de las
fábricas de humos
que en salmos de
salarios de miseria
sujetan a la tierra a
los humanos,
borregos de una
tétrica oficina
que viste con pezones
los teclados
y falos en los arcos
de las puertas.
Impostan a sus voces,
voz de mando
los técnicos vestidos
de esa alpaca
que brilla con la luz
de los neones
y aturden al que mira
de soslayo.
Acaban semejando a
ciertas aves
que siempre nos resultan
de rapiña
los pérfidos profetas
de lo útil.
Políticos de plástico
con barbas
o jóvenes imberbes
impolutos
son kenes de las
barbies feministas
que se orinan en el
Arco del Triunfo
o en la puerta
imperial de Brandeburgo.
Los otros, que
obedecen tan sumisos,
se creen lo que dicen
los de arriba
semejan más a patos
vacilantes
que dicen cua,cua,cua,
si les preguntan.
No piensan que las
guerras de otras tierras
mañana inundarán
también las nuestras
y el plácido acunar
las necedades
tendrá un final atroz…
por ignorantes.
El cruel diseñador de
esta pintura
Isidre de Monés y
otras lindezas,
reparos no ha tenido
en su diseño,
metiendo en una
iglesia a los citados.
Tendrá que responder
en tribunales
habernos descubierto
tal infierno.
Escrito por Azpeitia,
José Antonio
en homenaje al pintor
Isidre Monés
autor del dibujo que
preside este poema
el día 5 de agosto del
2019 d.C.
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