ELLA LE MIRÓ CALLADA…
Ella, le miró
callada
no quería
interrumpirle
no era tarde para
dudas.
Sus ojos buscaban
cielos
donde apoyar su
ternura
la esperanza de
mil sueños.
No pudo encontrar
caminos
ya no estaba
aquella estrella
que le mintió
aquella noche
entre abrazos y
palabras
que confundieron
sus labios
quemados en esa
hoguera
donde mueren sin
remedio
las dudas que nos
invaden.
Fueron lágrimas
perdidas
promesas de amor
eterno
en una noche
alocada.
Él, la retuvo la
mano
en un gesto sin
salida.
Sus dedos estaban
fríos
lacios de mentiras
blandas.
Quiso explicarle
la causa
que le movió a
aquel engaño.
Ella no oyó sus
palabras
mezcladas entre
sollozos
su mirada iba
perdida
en un mar de
frustraciones.
La confianza la
llevaba
entre sus brazos
al cielo
a las promesas
vacías
a lo escrito sin
notarios.
¡Te amaré toda la
vida!
Nadie sabrá como
tú
que mi amor no es
flor de un día.
Todo ocurrió
aquella tarde.
Entre la lluvia
menuda
se enterró lo más
sublime.
Las luces ya se
apagaban
sus manos se
separaron
la Luna estaba
escondida.
Se miraron como extraños.
Escrito por Azpeitia, José Antonio
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