La fe que nos destruye es sin columnas
un templo al que acudimos fervorosos.
Es fe en lo que no vimos y no llega
es fe de los que fueron a la guerra
de aquellos que el amor dejo arrumbados
de los que sin malicia se entregaron
al verbo de promesas incumplidas
a falsas religiones que prometen
un burdo paraíso en la otra vida.
Así el fervor, se desmorona y muere
y lleva tras de sí, vida y haciendas.
Es fe de carretero en los caminos
trillados por la historia que avergüenza
de un mundo que repite sus fracasos
que sólo al contemplarla da pereza
el gesto de ser hombre y no otra cosa.
LA FE QUE NOS CONSTRUYE...
La fe que nos construye está en
nosotros,
no es fe vicaria sinuosa, que viene
desde fuera
es fuerza que se apoya en la autoestima
la inmensa afirmación de nuestro
orgullo
que ayuda a construir ese futuro
tan lleno de ilusiones y fracasos
que habremos de vencer cada mañana.
Sólo el camino, que nace en nuestra alma
envuelto en voluntad sin desaliento
vencerá los espejismos que lo adornan.
Nos hará distintos...nos hará
especiales
nos hará ¡Mejores!
Escrito por - Azpeitia, José Antonio -
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