25 diciembre 2021

INCERTIDUMBRE...

                                       



                           INCERTIDUMBRE…

 

Incertidumbre del aire que respiro.

Es un escueto sendero el que me lleva  

a la bruma que envuelve la suerte ciega

que tengo entre mis manos

sin asideros que sujeten

su voluble viento.

 

Abrazo entre las nubes  

a los pérfidos sueños

de mis noches de vigilias tercas

donde la ciega realidad me hace volar  

correr hacia el engaño sutil, desangelado  

del ave sin plumas que se impulsa torpe  

del pez abisal que busca la luz del sol

de máscaras de tela hasta los ojos

de calles vacías sin humanos

de ojos ahuecados, escondidos

que miran al través de la ignorancia.

 

Incertidumbre, en la voz oscura de embozados  

en las palabras escuetas sin matices

perdidas en la nada brutal de un imposible cielo

con su abrumador derroche de esperanzas

de los versos tundidos en noches blancas

donde sufren rayajos y tachones   

donde nada les queda… que cause sorpresa

mirando con asombro con su boca enorme

la elegante luna comerse a las estrellas

también a los planetas.

 

Incertidumbre ¡Sí! Dentro de mí mismo

de mi mismidad, mortal filosofía

de la ética y moral de los sofistas

que viene de hace tiempo, exacerbada

insaciable, de matices glaucos

estética de iconos pintados de colores

de idolatrías feroces que amenazan

 de un miedo ancestral de siglos, de milenios

que se olvidan a sabiendas.

 

Son acordes disonantes de un desconcierto

en manos de una orquesta sin batuta

de la escala vital, en las notas dulces

que me invaden, sensibles, encadenadas  

a un Dios, que asesinamos cada día sin motivo

con mayúscula o sin ella, poderoso

desconocido ¡Sí! Que allí me espera

en un lugar, muy lejos…en… ¡No sé dónde!

 

Escrito por - Azpeitia, José Antonio -

 

 

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