Prólogo….
Dicen de aquellos que se
encuentran poseedores
de la verdad poética en
las manos
que lo hagan sobre el mar
rielando las palabras
sobre su superficie
porque los lábiles versos
se filtran entre los dedos
como Ninfas oceánicas
como Nereidas del
Helesponto herido
y se precipitan candorosos
en el agua
cuyo espíritu, no es otra
cosa que la espuma
de la mar bravía, que adormece
y lo cubre de nuevo
desposeyéndolos para
siempre de la musa que los acompañó
dificultosamente… he dicho
bien, dificultosamente… alguna vez.
Este pseudo pensamiento es
original de mi torpe intelecto
y no de algún egregio
poeta, descansando ya en algún cementerio
lleno de tules de mármol y
perennes crisantemos… -azpeitia-
y sigue el -poemastro-
ESCRIBO VERSOS LIBRES EN
EL TECHO
Escribo versos libres, en
el techo,
en las paredes, en los
bancos del paseo
versos blancos,
con sonsonetes asonetados
con acentos circunflejos
en su vientre
que no encuentro en esta
mesa
los que escribí emocionado
en las Redes que me
atrapan.
Son tantos mis fracasos.
Sonetos dobles, en
francés, britanizados
Alejandrinos, con la rima
truncada
de estornudos.
Poemas para locos
surrealistas
poemas que no entiende el
que los lee
poemas que no entiende ni
el artista.
Romances para damas
remilgadas
Ovillejos, Décimas,
Octavas, Redondillas,
Coplas, Cuartetos,
Serventesios.
Poema al tafanario de un
alcalde
o de un excelso ministro
que lo usa en el disfrute
de su cargo.
Poemas al político de
turno
al probo funcionario
corrompido
al juez que imparte sin
desdoro
el “Ius Puniendi, in Referéndum
omnes”.
No hay nada que se escape
a mi universo
son poemas escritos entre
nubes
sin perjuicio de nadie…de
ninguno
amén de otros desquicios
literarios.
En este trance, me atrevo
a confesarlo
Sólo pido perdón al
diccionario
y al que me pacientemente
me lee.
Escrito por – Azpeitia,
José Antonio –
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